sábado, 26 de diciembre de 2015

Hospitalidad y hospitalidad turística: La hospitalidad como condición necesaria para el desarrollo local‏


Hoy presentamos el último artículo publicado de Félix Tomillo Noguero en diciembre de 2013 en la revista Hospitalidade. El texto es el contenido de la ponencia que expuso dos meses antes en el II Simposio Internacional de Investigación en Turismo, organizado por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, en Paipa, Boyacá.

Como anécdota simpática, cuando Félix Tomillo Noguero envió un correo electrónico anunciando esta publicación a mis hermanos y a mi nos advertía: "Podréis ver que solo soy Tomillo Noguero en la primera página, pues en el resto aparezco como Noguero. Eso es porque los brasileños, como los portugueses, colocan el apellido paterno en último lugar. Ya sabéis: cuando queráis publicar algo en publicaciones en portugués, comeros el segundo apellido antes de que ellos se coman el primero."

El artículo analiza la hospitalidad en general y la turística en particular a la luz de varias disciplinas (Filosofía, Ética, Religión, Derecho, Politología y Historia). Asimismo se estudia si la hospitalidad turística puede contribuir al desarrollo local e implantarse en cualquier comunidad, las aportaciones del turismo a las comunidades locales y las implicaciones del turismo comunitario.

Al título original del artículo ("La hospitalidad como condición necesaria para el desarrollo local") he añadido como antetítulo en esta entrada "Hospitalidad y hospitalidad turística" para llamar la atención del lector sobre las dos partes de este trabajo, que tienen entidad suficiente por sí mismas: el análisis profundo del concepto de hospitalidad, en primer lugar; y en segundo lugar las implicaciones de la hospitalidad en general y de la turística en particular para el desarrollo local.



La hospitalidad en "Abraham y los tres ángeles", de Juan Van der Hamen (1596-1631) 



Comienza Félix Tomillo Noguero por abordar el concepto filosófico moderno de hospitalidad y para ello se apoya en las "dos propiedades determinantes que muestra el universo hospitalario enfocado desde la demanda: 1.º Los recibidos son en mayor o menor grado débiles, indefensos, vulnerables, precarios, vacilantes; 2.º Los recibidos están fuera de su morada sensu stricto y por ello, aunque se hallen en una casa o habitación, carecen de intimidad o interioridad, o bien tienen una intimidad o interioridad insuficientes o deficientes." Es decir, que los demandantes (y receptores) de hospitalidad son "los colectivos de viajeros, peregrinos, pobres, enfermos, huérfanos, ancianos, migrantes, exiliados, refugiados, apátridas, presos, etc."

También compara la visión filosófica y eticista de la hospitalidad por parte de tres filósofos:

Immanuel Kant (1724-1804) califica la hospitalidad como un deber impuesto por la moral humana (no divina), actuando motu proprio de buena voluntad, no a causa de una obligación con los demás. Y declara que la hospitalidad es conjuntamente un deber sancionado por el derecho (el ordenamiento jurídico). El juicio de Kant es que la posesión de tierras, terrenos o territorios es un derecho compartido por todos, pues nadie originariamente tiene mejor derecho que otro a estar en ningún sitio. El hecho de poseer un espacio no faculta a excluir al que se desplaza hasta allí, a no ser que el forastero represente un peligro para la vida o la seguridad de quien lo recibe. Todos los seres humanos tienen derecho a presentarse sociablemente ante una comunidad distinta a la suya. Esta es la denominada hospitalidad universal de Kant, que se basa en el derecho de visita, que es lo que hay que satisfacer y no necesita de invitación. La hospitalidad se contrae a la mera admisión del viajero extranjero, a facilitar las condiciones necesarias para establecer la paz perpetua entre los Estados y los pueblos, y a intentar un intercambio, una operación comercial, un tránsito, un viaje… entre los extranjeros y los residentes.


Immanuel Kant



Emmanuel Levinas (1906-1995) no llega a la conclusión kantiana de que la hospitalidad sea un deber jurídico. Ni siquiera hace alusión al hecho turístico como expresión de hospitalidad. Es más: se opone a la conceptualización jurídica de la hospitalidad y ahonda en sus raíces más profundas: la Ética y la Teología. La Ética de la Hospitalidad de Levinas (que era judío) tiene, como mínimo, un doble trasfondo: la Alianza entre Yavé y Abrahán, que es un pacto de hospitalidad, y la Ley bíblica de la Hospitalidad. Para Levinas, la hospitalidad sin adjetivos calificativos refleja el vínculo social más fuerte y no hay cultura ni vínculo social sin un principio de hospitalidad. Aquel que es diferente a mí es un ajeno, el otro, sea conocido o desconocido. El encuentro con el otro cumple una función liberadora del yo que lleva a su realización. En estas circunstancias, el yo ha de abrirse de par en par al otro, tenerlo presente, sentirse responsable por él y, así, manifestar su donación, don o dádiva.


La casa es un conglomerado privilegiado de instrumentos decisivos para la vida del hombre que simboliza egoísmo, protección, calidez y gozo, hasta el punto de que normalmente se nota su falta cuando se viaja, sintiéndose una pérdida de autonomía y padeciendo nostalgia. Levinas introduce además su controvertida categoría de lo femenino (no del sexo, sino del estilo), la originaria experiencia de encontrarse acogido, vivencia cálida, perfectamente evidenciada en la relación madre-hijo. El estilo femenino es inherente a la caracterización de la casa. Levinas valora el claustro materno como la casa fundadora de la hospitalidad y el origen de la vida humana. En la noción de casa, hay una idiosincrasia femenina con elementos singulares que pertenecen y desarrollan tanto el varón, como la mujer.

Emmanuel Levinas

Por su parte, Jacques Derrida (1930-2004), también judío y contemporáneo de su amigo Levinas, es igualmente eticista de la hospitalidad; incluso va más allá: «la hospitalidad no es una región de la Ética […] es la eticidad misma, el todo y el principio de la Ética». Derrida rebate a Kant argumentando que la tolerancia es cualquier cosa menos una exigencia moral y políticamente neutra; pero, pasmosamente, toma de Kant sus medios con los que desbordarle yendo más allá, mediante el procedimiento de convertir la tolerancia en hospitalidad. Derrida fundamenta la tolerancia en el concepto cristiano de la caridad (en una línea tenue entre integración y rechazo). Dictamina que las implicaciones problemáticas de la tolerancia arrancan a partir del proyecto kantiano de aparcar la religión dentro de las fronteras de la razón, a fin de contrarrestar su potencial irracional. Y que, «hoy en día, como se tiene la fuerte impresión de que la alegación religiosa se encuentra en el corazón de la violencia (dicho de manera deliberada para evitar las palabras equívocas y confusas de guerra y de terrorismo), se recurre a la buena y vieja palabra tolerancia: que los musulmanes acepten vivir con judíos y cristianos, que los judíos acepten vivir con musulmanes, que los creyentes acepten tolerar a los infieles o a los non-believers [‘no creyentes’] (esta es la palabra que utilizaba Ben Laden para denunciar a sus enemigos, en primer término a los norteamericanos).

La paz consistiría en la cohabitación tolerante, aunque la historia del concepto de tolerancia enseña que ella siempre se posiciona del lado del más fuerte, por lo que Derrida en el fondo reivindica la hospitalidad como disyuntiva a la práctica de la tolerancia, siendo la hospitalidad la única obligación que cada hombre tiene con el otro. Así, la tolerancia es en realidad una "hospitalidad condicional", un estado imperfecto de la hospitalidad en la que ésta está escrutada, sometida a vigilancia, es avara y celosa de su soberanía. Por el contrario, la hospitalidad pura o incondicional no consiste en una invitación y menos aún en una invitación sin nobleza de espíritu y codiciosa. Con la hospitalidad pura no hay preguntas ni juicios identitarios, se corren riesgos y cualquiera puede entrar en nuestras vidas, aunque no se le espere y aunque sea absolutamente extraño, inidentificable, imprevisible, cabalmente otro. 

Derrida reconoce que este tipo de hospitalidad es una utopía sin restricciones que denomina "hospitalidad hiperbólica" y que supera en exceso todas las expectativas que determinan los límites de lo razonable. Félix Tomillo Noguero se pregunta en este punto si son salvables los obstáculos más espinosos que ha de franquear la hospitalidad cuando, por ejemplo, los extremistas levantan el muro de la inshospitalidad ante los que no piensan o actúan como ellos y actúan con violencia (esta sí materializada en guerras o terrorismo). Políticamente, la convivencia con el violento resulta impracticable, "pero la hospitalidad hiperbólica nos exhorta y conmina a ver la agresión potencial desde una atalaya ética".


Jacques Derrida



El artículo continúa abordando la hospitalidad desde más puntos de vista. En el epígrafe "El otro, la otredad, el alter ego, la alteridad..." explora diversos conceptos para analizar las partes (anfitrión y huésped) y el todo que constituye la hospitalidad. Posteriormente, Félix Tomillo Noguero nos habla de las clases de hospitalidad, de casos ejemplares, de grados de hospitalidad (Xenophobia, Philadelphia, Philoxenia y Xenomanía), de los requisitos para su existencia, de la hospitalidad contemporánea, concluyendo la primera parte con un breve pero interesante análisis de la trascendencia intangible de la hospitalidad.

En la segunda parte se analiza la hospitalidad turística como valor necesario para que exista desarrollo local. Así, Félix Tomillo Noguero afirma que "la hospitalidad turística y, por lo tanto, el turismo es causa necesaria, indispensable para desencadenar primero e incrementar después el desarrollo en cualquier comunidad local." Describe cuáles son los requisitos para que el turismo o la hospitalidad turística pueda originarse en cualquier comunidad, de manera que pueda surgir "el horizonte de crecer y de progresar." Aunque también es consciente de que "el turismo no es la panacea para resolver los problemas de las comunidades locales", así como que cada comunidad tiene un grado de potencialidad turística distinto.

El desarrollo local es el proceso –generalmente planeado o planificado– que identifica recursos y potencialidades endógenas en las que pueda apoyarse la transformación global de una comunidad local y de su territorio con el fin último de satisfacer las necesidades básicas, acceder al conocimiento y demás recursos necesarios para vivir con dignidad, mejorar las condiciones de vida y el respeto a los derechos humanos, civiles y políticos de la población, así como aprovechar la nueva situación para construir su propio destino.

El turismo tiene mucho que aportar al desarrollo local. Por una parte, es bueno para éste que se base "en empresas que inviertan más en mano de obra intensiva que en capital intensivo", como las empresas del sector servicios y, en especial, las turísticas. También "el turismo puede presentar un efecto multiplicador positivo porque sus proveedores son de multitud de sectores, así como un futuro incomparablemente prometedor, según la OMT". Es también un sector estratégico para la mujer, ya que favorece la igualdad y su empoderamiento. En los primeros estadios del desarrollo turístico, además, la exigencia de cualificación profesional es baja, por lo que prácticamente todos los miembros de la comunidad pueden emplearse en el mismo. "Como la actividad turística favorece cualitativa y cuantitativamente a las comunidades en vías de desarrollo a la hora de generar puestos de trabajo, adquiere la categoría de acción estratégica y debe ser prioritaria (aunque no única) dentro de la plétora de planes de desarrollo local."


Programa de turismo rural comunitario "Rutas" en Bolivia, Ecuador y Perú.



Para las comunidades en vías de desarrollo hay actualmente tendencias o modalidades de turismo que pueden encajar perfectamente en el marco de su desarrollo local, como el turismo de experiencia, el slow travel, el pro-poor tourism o turismo en favor de los pobres, y el turismo creativo. Por último, Félix Tomillo Noguero hace mención al denominado turismo comunitario, que amparado por la OMT, "se fundamenta en la confección de productos turísticos con la participación de la comunidad local, constituye una estrategia para la organización interna de la comunidad y un subsistema interconectado con otros subsistemas imprescindibles para la comunidad (educación, salud, medio ambiente...)"

Leer el artículo completo

domingo, 29 de noviembre de 2015

Robert Glücksmann. Sobre a recuperação da memória do pensamento turístico internacional


Postado por Alexandre Panosso Netto, de São Paulo, Brasil.

Tive a oportunidade de conhecer o professor Félix Tomillo em 2007, na Espanha. Gostávamos de falar sobre vinhos, uvas, livros, artes, hospitalidade e turismo. No tema do turismo estávamos intrigados com a falta de conhecimento que havia, de maneira geral, sobre importantes pesquisadores da área que haviam se dedicado ao tema nos primórdios do século XX. Um desses pesquisadores, do qual pouco ou nada sabíamos, era Robert Glücksmann.

No primeiro plano está Félix explicando temas da Nova Lei de Turismo de Castilla y León, na UEMC, em 2011.

Em 2011, ano que realizei meu pós-doutorado na Universidad Europea Miguel de Cervantes, em Valladolid, sob a supervisão do prof. Félix, decidimos ir a fundo no tema da historicidade do pensamento turístico. Investigamos a vida e obra de mais de 70 autores do século XIX até a Segunda Guerra Mundial. Glücksmann estava entre esses autores.

Capa de um dos originais de Robert Glücksmann.

Foi também em 2011 que a professora Margret Jäger, autríaca e conhecedora de vários idiomais, entre eles o alemão, inglês e português, se juntou a nós para ajudar no trabalho. Os principais trabalhos de Glücksmann foram publicados em alemão, e o papel da professora Jagër foi fundamental para conhecermos, ao menos em parte, como sido a vida e obra de Glücksmann.

Após eu visitar o Historische Archiv zum Tourismus-HAT, que estava na Freie Universität Berlin, sob a supervisão do Professor Hasso Spode (agora o arquivo está na Technische Universität Berlin), o quebra-cabeças começou a ser montado. No HAT estavam documentos, livros, artigos em revistas e jornais que explicavam um pouco sobre quem havia sido o professor e pesquisador Glücksmann.

Alguns livros que comprávamos para nossa pesquisa eram muito velhos. Alguns eram virgens; as folhas estavam emendadas e nunca haviam sido abertos. A satisfação de ler um exemplar antigo por primeira vez é um gozo intelectual. Esse exemplar é o original de Josef Stradner, de 1917, intitulado Der Fremdenverkehr.

Em 2012 a professora Jäger visitou o Stadtarchiv Düsseldorf, no qual estão antigos documentos da Internationales Institut für das Hotelbildungswesen zu Düsseldorf, escola na qual Glücksmann havia sido o único professor de tempo completo. Neste momento tínhamos os documentos que necessitávamos para publicar algo sobre nosso autor até então desconhecido.

Capa do primeiro número da primeira revista científica de turismo no mundo: Archiv für den Fremdenverkehr.

O resultado desta investigação foi publicado on line no dia 26 de outubro de 2015. Trata-se do artigo Robert Glücksmann (1877–1942): founder of Berlin School of Tourism Research, na Revista Científica Anatolia (DOI: http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13032917.2015.1099089). Infelizmente o professor Félix não pode assinar conosco o artigo, mas ele deveria ser um dos autores. Deixamos isso bem claro no texto publicado.

Os que desejam ler o artigo completo devem acessar a página da revista Anatolia http://www.tandfonline.com/loi/rana20#.VlrWa3arTIU e se cadastraram para baixar o artigo. Ou, de outra forma, deixar seu comentário com e-mail que podemos enviar uma cópia PDF.

Parte da introdução do artigo está publicada abaixo.

Introduction
First time we got in touch with the name of Robert Glücksmann was when we started to investigate the history of tourist thought. We notice that he was mentioned on a frequent basis, but only in footnotes, with confusing data and superficial information. The following situation caught our attention: some authors stated that he had been an important researcher, but it was hard to find data and studies on him. Then we decided to investigate his story. As we understood a little of his life and work, we just admired his dedication to tourism studies. The charisma he had in conducting his researches and papers related to tourism caught the attention of all his colleagues. This statement was confirmed both by his most faithful collaborator, Grünthal 1962a, 1962b and Moß (2000), who examined the letters exchanged between Glücksmann’s family members during the Second World War. His academic work at that time was highlighted, among other reasons, for trying to make tourism a field of study worth analysing in the academy. According to death certificate under nr. 345/1955, issued by Sonderstandesamt Arolsen on 30 June 1959, his full name was Robert Jakob Glücksmann. This was the only document we found with the middle name “Jakob”. In all publications we checked his signature is Robert Glücksmann. He worked as a consultant of hospitality and tourism, professor, researcher, editor, author of books and articles, and director of research public agency. In the field of research and education in tourism and hospitality, we highlight some of his main achievements and works:

(1)  Manager of Verkehrsschule [Traffic School] in Bern, Switzerland, from 1907 to 1914 (Grünthal, 1962b).
(2) Supporter, director and only fulltime professor at Internationales Institut für das Hotelbildungswesen zu Düsseldorf [International Institute of Training in Hospitality of Düsseldorf], from 1915 to 1922 (Stadtarchiv. 0–1-3–2918.0000).
(3) Consultant of hospitality in Switzerland and Germany, from 1922 to 1928 (Grünthal, 1962b).
(4)  Founder and director of Forschungsinstitut für den Fremdenverkehr [Research Institute for Tourism] in Berlin, from 1929 to 1933 (Glücksmann, 1929; Grünthal, 1962a).
(5) Founder of the first scientific journal for the area of tourism in the world, the Archiv für den Fremdenverkehr [Archive for Tourism], published from April 1930 to March 1935, in a total of 20 issues (source: consultation of the originals at the Berlin Historische Archiv zum Tourismus-HAT, [Historical Archive on Tourism – HAT] in 2015).
(6) Editor and director of the first series of technical-scientific books on tourism, the Schriftenreihe des Forschungsinstituts für den Fremdenverkehr [Series of the Research Institute for Tourism] with publications from 1930 to 1933, in a total of 10 titles (source: consultation to original books).
(7) Author of the book Allgemeine Fremderverkehrskunde [General Teaching of Tourism]. Published in 1935, it outlines the first reflection we know of tourism study as object of science and as science itself.
[...]

Para a referência completa do artigo: 
Alexandre Panosso Netto & Margret Jäger (2015): Robert Glücksmann (1877–1942): founder of Berlin School of Tourism Research, Anatolia, DOI: http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13032917.2015.1099089#

sábado, 17 de octubre de 2015

La Controversia de Valladolid: controversia de la Humanidad (II)


Decía Félix Tomillo Noguero que para poder tratar cualquier tema con un mínimo rigor es fundamental documentarse bien consultando fuentes diversas y de fiabilidad contrastada. No deja de ser una obviedad, desde luego, pero él insistía en una premisa que con la facilidad de acceso que actualmente tenemos a ingentes cantidades de información es, si cabe, más importante. Sabemos que muchas veces se trata de una tarea ardua y casi infinita, pero en cualquier caso la búsqueda de la verdad es la que ha de guiar nuestros pasos por el camino del rigor y la ética aunque nunca lleguemos a tener la absoluta seguridad de saber si hemos llegado a nuestro destino.

Escribí la entrada "La Controversia de Valladolid: controversia de la Humanidad (I)" apoyándome en diversos artículos en Internet allí citados, así como en algunas notas de mi propio padre. Tras la publicación, un amigo historiador me facilitó una selección de bibliografía sobre este hecho (que también podéis encontrar en dicha entrada) y he tenido la oportunidad de leer uno de los libros que más me recomendó y que a su vez recomiendo: "El amanecer de los derechos del hombre. La Controversia de Valladolid" (Ed. Encuentro, 2009) del hispanista francés Jean Dumont. Por ello, me permito la licencia de escribir una segunda parte en este blog con el permiso de Félix Tomillo Noguero, convencido de le gustará leerla allá donde esté.

Con esta segunda entrada no trato de rectificar nada de la primera, sino de aportar un punto de vista diferente sobre los hechos -novedoso para muchos, probablemente- para que cada cual pueda conocer y valorar los mismos en su justa medida.

El libro de Jean Dumont es fascinante y especialmente recomendable no solo por el análisis de la propia Controversia de Valladolid, sino porque relata con innumerables referencias documentales el contexto histórico en el que ésta tiene lugar, desde el descubrimiento de América hasta la influencia de las tesis de sus protagonistas en los años y siglos posteriores.


En esencia, dice J. Dumont, la Controversia de Valladolid "fue un examen de conciencia religioso preparado por un monarca [Carlos V] tan vicario apostólico como plenamente evangelizador a la luz de sus responsabilidades, más aún espirituales que temporales. Un caso único en la historia. Porque claramente los ingleses, holandeses y franceses no se cargaron con escrúpulos semejantes."

Empezando por el principio, podemos apuntar que la primera defensora de los indios fue la reina Isabel la Católica que pidió en su testamento que "no consientan ni den lugar a que los Indios vecinos y moradores de las dichas Indias y Tierra Firme ganadas y por ganar reciban agravio alguno de sus personas y bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados. Y si algún agravio han recibido lo remedien y lo provean". Años antes prohibió todo tipo de esclavitud de los indios, reaccionando a las pretensiones que en este sentido tenía el mismísimo Cristóbal Colón y promulgando cédulas y órdenes directas que dejaban a las claras que los indios eran hombres libres, súbditos naturales de la Corona de Castilla como los españoles. Es más, debían ser protegidos y retribuídos mediante salario razonable en sus trabajos. Esta idea de la protección unida al proceso civilizador y evangelizador de las comunidades indias dio lugar a la constitución de las encomiendas entre 1503 y 1504, en las que una "persona buena" gobernaba y civilizaba a los indios protegiéndoles contra "los posibles abusos físicos, financieros o comerciales perpetrados por los españoles". Isabel tampoco desdeñó la protección sanitaria, la seguridad social y se crearon así los primeros hospitales-hospicios que daban servicio tanto a los indios como a los españoles.

Pero la muerte de Isabel en 1504 abrió en España un largo periodo de inestabilidad y desgobierno en el que proliferaron los abusos y provocaron la convocatoria por parte de Fernando el Católico de una antesala de la Controversia de Valladolid. La Junta de 1512, también reunida en Valladolid, supuso una primera crisis de conciencia aireada por los sermones del dominico Montesinos en Santo Domingo y por los relatos del padre Córdoba. Ambos testimonios provocaron la reflexión y posterior promulgación de las Leyes de Burgos y las Leyes de Valladolid en 1513. Esta regulación fortaleció la figura de las encomiendas responsabilizando a sus titulares y ahondando en los derechos y deberes tanto del encomendero como de los indios. Incluso abrían también la posibilidad a una libertad india plena fuera de las encomiendas "a los indios que se consideraba capaces de vivir políticamente en sus propios pueblos".

La colonización, conquista o descubrimiento de América por parte de los españoles supuso sin duda alguna y al margen de las atrocidades que no vamos a negar que se cometieron, un panorama de civilización y progreso en todos los sentidos. Resulta complicado desde nuestra perspectiva actual identificar con absoluta claridad a los "hombres buenos" de aquella época, pero con el tiempo se ha reparado en algunas figuras sobresalientes. Tal es el caso del obispo Vasco de Quiroga en México, que la propia Unesco reconoce como uno de los iniciadores de este progreso económico, social y cultural.

Vasco de Quiroga en el mural del maestro Alfonso Villanueva en la entrada a Uruapan, Michoacán (México). 1995

Otro personaje reconocido es el dominico Francisco de Vitoria, considerado un maestro de la teología moral y del derecho internacional, cuyo pensamiento evolucionó de la condena sin reservas de la apropiación de los reinos indios y la aprehensión de sus riquezas por parte de los españoles, al rechazo del "abandono por completo de la administración de aquellas provincias [americanas]". Sus Relecciones De Indis de 1539 son consideradas como un auténtico tratado de colonización por su equilibrio y por el establecimiento de justas relaciones entre las naciones y sus habitantes. Dice Vitoria, por ejemplo, que no es lícito imponer la fe, hacer la guerra, ni apoderarse de los bienes de los indios; pero también promulga el derecho de evangelización de los cristianos por el que si los jefes o el pueblo se lo impiden "los españoles pueden, tras un requerimiento previo, predicar contra su voluntad. Y si es necesario, aceptar por ello la guerra, o declararla, hasta que obtengan la seguridad de la predicación". La negación de la donación pontificia a los reyes católicos que otorgaba legítimo derecho de ejercer el imperio sobre las Indias Océanas y su, por contra, única consideración de tener la "obligación en exclusiva de predicar la fe", provocaron la ruptura del emperador con Vitoria.

Precisamente este hecho acerca a Carlos V aún más a Bartolomé de las Casas, que no duda de la donación pontificia en su valor fundamental y es partidario de una evangelización pacífica sin el concurso de los colonos. Tan es así que en 1542 el emperador, cuya crisis de conciencia se hace evidente rondando por su cabeza el abandono de las Indias, convoca una nueva junta especial monopolizada y hábilmente manipulada por las Casas. De ésta nacen las Leyes Nuevas y con ellas se pone fecha de caducidad a las encomiendas. Sin embargo, frente a la postura del propio las Casas que defendía su inmediata supresión, Carlos V promulgó su desaparición cuando murieran sus titulares. Según J. Dumont "era el error más grande que se podía cometer en América", pues se produjeron alzamientos firmes pero pacíficos en México y con las armas y la violencia en el Perú. El emperador, que "se había apartado de la realidad por completo", reaccionó a tiempo y anuló entre 1545 y 1546 las Leyes Nuevas en lo concerniente a la supresión de las encomiendas. Las Casas fue alejado de la corte con su nombramiento como obispo de Chiapas en esos años, pero hubo de retornar a España apenas un año después "de forma precipitada y definitiva" rechazado por los propios religiosos mexicanos.

La encomienda estaba en esos años plenamente instaurada y gozaba de buena salud. Un especialista en esta institución como Silvio Zavala escribía que "la defensa de la propiedad de los indios coincidía entonces con el interés del encomendero, y éste, de buen grado, reconocía el derecho de propiedad indígena". Y añade que "desde el punto de vista de la propiedad perteneciente a los vasallos, se observa en los señoríos y encomiendas de Indias una protección que mejora el derecho limitado de los labradores medievales" en Europa.

Las encomiendas, por otra parte, que eran concedidas por el rey para un máximo de tres generaciones primero por los grandes conquistadores como Cortés y Pizarro -o descubridores, como se les denomina desde la promulgación de las Leyes Nuevas- y después por las Audiencias y virreyes, "representaban el reembolso del precio de costo de la Conquista a las manos de los que la habían pagado con sus propios dineros y esfuerzos sin que nada costara a la Real Hacienda".

Moctezuma recibe a Hernán Cortés en Tenochtitlán.

Llegando ya a los albores de 1550 y en una situación aparentemente estable, ¿por qué se convoca la Controversia de Valladolid? Explica el historiador francés que por una parte se plantea hasta cuándo ha de continuar el proceso del Descubrimiento o la Conquista impulsando el prestigio de los conquistadores y pagando la deuda con la correspondiente concesión de las encomiendas "con la espada de Damocles de la posible formación de un feudalismo americano capaz de oponerse a la voluntad del rey de España". El Consejo de Indias, por otra, y espoleado una vez más por los Avisos del incansable las Casas, formuló una petición para que se reuniera una junta que tratara cómo podrían ser conducidas las conquistas en América justamente y con seguridad de conciencia. Y finalmente, el emperador Carlos V, que por esos años "se inclina más que nunca a reducir sus compromisos con América y ante todo a detener la expansión americana que puede hacerse más incontrolable que nunca tras el restablecimiento de las encomiendas al que se había visto obligado".

Jean Dumont realiza un exhaustivo análisis de los dos contendientes de la Controversia de Valladolid convocados por Carlos V, descubriendo con pruebas documentales la verdadera personalidad de cada uno de ellos.

De fray Bartolomé de las Casas ya hemos descrito en términos generales su postura. Sin embargo, en muchas ocasiones los hechos no acompañaban sus dichos. Ángel Losada, a quien se debe la publicación de numerosos textos del monje dominico desconocidos hasta entonces, habla de su carácter "complejo" y del "error de muchos historiadores que han pretendido hacer de su nombre un banderín de un pro o de un contra". Su defensa infatigable de los indios con "rigor extremo" en muchas de sus denuncias y reclamaciones, se pone en entredicho con continuas exageraciones y contradicciones.

Podemos mencionar, como ejemplo, su currículum esclavista. Si bien es cierto que las Casas "se irá arrepintiendo progresivamente de su colaboración activa en la esclavitud de los negros", no es menos cierto que antes de la propia Controversia "había sido un promotor de la introducción de esclavos negros en América". A éstos les consideraba ingenuamente una especie de subhombres por el "muy gran calor" que sufren sus lugares de origen. Ya en su juventud en Sevilla las Casas contó con un esclavo indio y en México utilizó varias docenas de indios como porteadores sin remuneración alguna.

Otra gran contradicción es su ataque total a la institución de la encomienda cuando resulta que, por ejemplo, en 1540 se ayudó de caciques indios de las encomiendas y del conquistador Alvarado para la "pura evangelización religiosa" de la futura Vera Paz de Guatemala, proponiendo finalmente a un encomendero para su posterior administración.

Bartolomé de las Casas

El maestro medievalista Menéndez Pidal afirma poder explicar todos los aspectos de las Casas en función de su "doble personalidad" paranoica. Por su parte, el historiador jesuita Carmelo Sáenz de Santa María afirma que "nos queda mucho por hacer para llegar hasta el fondo de una personalidad tan rica y complicada, sin que esto nos obligue a formar entre sus panegiristas o sus detractores. [...] Creo que ni, en el ambiente profético en que se movía, hay que tomar sus expresiones en un sentido literal, ni podemos estudiar sus escritos dejando a un lado sus actitudes humanas".

Otro aspecto de gran interés en el análisis de los protagonistas de la Controversia hace referencia a su origen. Bartolomé de las Casas nace en una familia de judíos conversos lo que según J. Dumont produce "una inquietud permanente y una puesta en tela de juicio de la contribución española en América, vista como una de esas persecuciones contra hombres distintos a causa de su raza y su religión, que los judíos son conscientes de haber sufrido y seguir sufriendo". En contraposición, Ginés de Sepúlveda "es un cristiano viejo, realmente autóctono de España".

Sepúlveda, aunque de origen humilde, "se encumbrará después sólidamente en la cultura y la sociedad gracias al ya muy extendido sistema tutelar de becas universitarias". Doctor en humanidades, filosofía y teología, experto en griego y latín, amigo y protegido del papa Clemente VII, entra incluso en liza con Lutero y con Erasmo. Su relación con Carlos V se fragua en varios encuentros, el más determinante quizá la presentación ante el emperador de su libro Exhortación a la guerra contra el turco, "primera gran pieza de la teoría de la guerra justa de Sepúlveda". En 1535 escribe una Crónica de la conquista de Túnez lograda por Carlos V y éste acaba nombrándole cronista imperial. En la corte de Valladolid ejerce su función, además, de capellán y confesor del emperador. En 1542 es nombrado preceptor de su hijo Felipe, el futuro rey Felipe II.

En 1535 también publica el Democrates primus, o de la conformidad de la milicia con la religión cristiana, un tratado cristiano acerca de la guerra justa donde su protagonista (Demócrates) "responde a todas las afirmaciones de los objetores de conciencia y ataca con dureza al movimiento pacifista en cuanto a la teoría y a los hechos". El conquistador Cortés, ya en su retiro en España, sugirió a Sepúlveda junto al cardenal-arzobispo de Sevilla García de Loaísa que escribiera un tratado-diálogo en el mismo sentido, pero referido a las guerras justas de América. Lo hizo entre 1544 y 1545 (Democrates alter, o de las justas causas de la guerra contra los indios) y a pesar de contar con la aprobación del emperador y sus Consejos reales, diversas vicisitudes tras las que se encontraba el censor las Casas impidieron su publicación.

Juan Ginés de Sepúlveda

En la Controversia de Valladolid tuvieron ocasión de verse las caras los dos "campeones-confesores", como los denomina J. Dumont. Sus posturas, en esencia, se pueden deducir fácilmente en la relatado hasta ahora: frente a la postura lascasiana de una evangelización totalmente pacífica y respetuosa con la libertad de los indios, sin más, la sepulvedana del uso de la fuerza o "guerra justa" para lograr su evangelización y civilización. Y el balance final según el historiador francés -que no es el único que llega a esta conclusión- es que "Sepúlveda venció holgadamente", aunque también aclara que "no significa que, en el fondo, [las Casas] no haya tenido razón alguna vez, especialmente si se adoptan criterios de hoy". 

La conclusión se apoya en innumerables hechos posteriores a la Controversia; hechos que demuestran que las tesis de Sepúlveda eran las únicas viables para garantizar el éxito evangelizador de los descubrimientos o conquistas y para asegurar la civilización y prosperidad de América y sus habitantes. Volviendo a la Vera Paz de Guatemala, su evangelización confiada por las Casas casi en exclusiva a los religiosos "fue una cosa muy hermosa" hasta que en 1555 "se hundió en un baño de sangre de los ataques lanzados contra ella por los indios lacandones, que no dudaron en ofrecer a sus dioses a los catecúmenos como sacrificio humano". Los dominicos tuvieron que acudir a los conquistadores para poder sobrevivir y salvar a los indios convertidos.

Precisamente uno de los puntos en los que Sepúlveda justificaba el uso de la fuerza (al igual que lo hacía Francisco de Vitoria) era la existencia de sacrificios humanos y la antropofagia en muchas tribus indias, como los aztecas, incas, mayas, chibchas, payaguas, caribes, guaraníes, o los araucanos, por citar solo unas pocas. Las Casas decía que estos sacrificios "expresan la profunda religiosidad de los indios y deben ser respetados como tales".

Sepúlveda exigía, por otra parte, "que toda guerra, aunque sea justa, esté sometida a una serie de limitaciones en lo que respecta a la protección de la populación inocente", formulando además principios -según Losada- "que hoy se aceptan como normativos: la autodeterminación, la no-intervención, la solución pacífica de toda controversia, [...] la cooperación internacional para el desarrollo". Dumont afirma que con el sometimiento de los indios exigido por Sepúlveda se van a respetar y promover estos principios en cuanto al desarrollo, la cooperación, la paz y el respeto al otro. Esta "aportación de humanidad" -continúa- "ha salvaguardado en América la promoción civilizadora, social y humana de la ley natural". La acción civilizadora de la evangelización erradicó los sacrificios humanos, la antropofagia, las opresiones y las matanzas intertribales; y "del mestizaje físico y mental ha surgido un pueblo nuevo, que tiende a aglutinarse, instintivamente más proclive a la fraternidad y al progreso". Así se manifestó también Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, mexicano hijo de un mestizo de indio, que afirmó que desde "la segunda mitad del siglo XVI hasta finales del siglo XVIII, la Nueva España fue una sociedad estable, pacífica y próspera".

Tumba de Hernán Cortés en el Templo del Hospital de Jesús (Ciudad de México), fundado por él mismo.

Una conclusión realmente reveladora a la que llega el historiador francés es que no se puede decir lo mismo de África, donde "una evangelización puramente religiosa, como la deseaba las Casas, ha resultado ser más superficial. Ha permitido que subsista en todas partes el substrato tribal, con sus opresiones y sus matanzas. En todas partes las etnias africanas dominantes tienden a monopolizar el poder en beneficio propio. Y el país más católico de África, Ruanda, conserva la práctica de las multitudinarias matanzas intertribales con todo el horror que conocemos". En la misma línea se manifiestan los misioneros padres blancos y hermanas del Sagrado Corazón en Uganda: "No sirve de nada predicar los valores cristianos a un pueblo que no conoce la paz. Lo primero es conseguir que cesen los enfrentamientos; el resto vendrá después."

En definitiva, como hemos visto, la Controversia de Valladolid, además de sentenciar una vez más que los indios no eran seres inferiores, planteó la cuestión fundamental sobre si el fin justifica los medios. Al menos los españoles tuvieron conciencia suficiente como para cuestionárselo, a diferencia de otras potencias coloniales. Desde nuestra perspectiva actual sabemos a grandes rasgos cómo ha sido el fin y qué medios se han utilizado para lograrlo, y cada uno de nosotros tendrá una opinión -supongo que mayoritaria- al respecto. Entonces, en el siglo XXI ¿cómo ha de actuar la comunidad internacional ante las carnicerías de las tribus africanas?, ¿debemos detener la barbarie del Estado Islámico exclusivamente con el diálogo?. La Controversia de Valladolid continúa siendo la Controversia de la Humanidad.

A mi padre, Félix Tomillo Noguero.

domingo, 27 de septiembre de 2015

El concepto de Turismo según la OMT


Hoy es un día especial, no solo porque es el Día Mundial del Turismo, sino porque también celebramos el primer aniversario de este blog en el que estamos difundiendo el pensamiento y la pasión por el Turismo de Félix Tomillo Noguero. Hace un año que abrimos al mundo esta posada con una entrada muy elocuente ("El Día Mundial del Turismo se celebra todo el año") y hoy recurrimos a otro artículo en el que Félix desmenuza el concepto de Turismo que maneja la OMT. Y a fe que lo hace (haciendo gala de su capacidad de análisis, las notas aclaratorias son mayores en extensión que el texto principal).

El lema del Día Mundial del Turismo 2015 "Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades" hace referencia a la grandeza de un fenómeno mundial que pone en contacto a las personas, pueblos, países, culturas y religiones, y que ha de ser aprovechado como fuente de progreso humano, social, económico y medio ambiental. El Turismo es el responsable del 10% del PIB mundial, del 6% del total de exportaciones y de 1 de cada 11 puestos de trabajo en el mundo. ¿Cómo llegamos a estas cifras?


Dice Félix Tomillo Noguero que la visión oficial del Turismo que tiene la OMT no es la mejor "y dista bastante de serlo", aunque reconoce que es "la única posibilidad -por el momento- de conseguir que los que nos dedicamos a este campo, hablemos el mismo idioma y disfrutemos de la oportunidad de entendernos". Y así es, al menos, en el plano estadístico. Por ello, en el artículo analiza la definición estadística de 1993, la Cuenta Satélite del Turismo (2000-2007) y las recomendaciones estadísticas y contables previstas para 2008.

¡Cuántas veces habré escuchado: "El turista pernocta y el excursionista vuelve a casa a dormir"! ¿Nadie se ha planteado que en un lugar abarrotado de visitantes no todos son turistas? Pues no lo son y además existe discriminación estadística. Precisamente la definición de los conceptos y de las correspondientes unidades estadísticas es un asunto capital para poder entender e interpretar los datos en un ámbito -como el turístico- en el que se dan múltiples casuísticas (viajero, visitante, turista, excursionista, turismo emisor, receptor, interno, nacional, internacional...). Así se plantea Tomillo, por citar algunos interrogantes, que "se anuncia para 2008 la definición de uno de los dos conceptos nucleares del turismo: el de viaje (travel/trip). Pero, ¿se distinguirá el viaje turístico, o sea, la visita, del viaje no turístico?", ¿habrá definición de visita?, ¿qué hemos de entender por destino principal?, etc.

De dichos planteamientos emanan continuas reflexiones (muchas de ellas, como hemos apuntado, en las notas aclaratorias). Por ejemplo, el autor advierte que "al tipificar el viaje por el 'destino principal' se corre el riesgo de silenciar las visitas a otros lugares y, por ende, el no considerar los atractivos o recursos que han provocado éstas; y los atractivos o recursos son nada menos que la materia prima del turismo, tanto económica como filosóficamente".

lunes, 31 de agosto de 2015

La Hospitalidad en la Antigua Grecia: de la Odisea a las Leyes


El primer número de la revista Homo Viator publicada en 2010 no solo contenía una interesante entrevista a Félix Tomillo Noguero de la que ya hemos escrito en el blog ("El Turismo se organiza en dos unidades estructurales: el viaje pacífico y de motu proprio, y la hospitalidad prestada"), sino también un artículo que recoge parte de una investigación amplia sobre la hospitalidad como acogida del foráneo por parte de las sociedades tribales y urbanas de la antigua Grecia.

¡Cuánto nos enseñan y cuánto nos falta por aprender de los aqueos, dorios, jonios y eolios, cuya instalación en Grecia, islas del Egeo, Sicilia y diversas zonas del litoral mediterráneo, fue
la génesis de la gran civilización de la Hélade o Antigua Grecia! Así exclama Félix Tomillo en un artículo que trata de deconstruir, a través de textos de Homero y Platón fundamentalmente, el concepto de 'philoxenia'; o lo que es lo mismo, el concepto de hospitalidad.

En primer lugar realiza un análisis filológico de varios términos como philoxenia ("la palabra semánticamente más rica en contenido y más bella por su hechuras"), kakoxenia o xenophobia, anfitrión, huésped... Anfitrión (Amphitryon) era el nombre del rey de Tebas, espléndido en los banquetes que daba. Tuvo a Zeus como huésped y éste se acostó con la esposa del anfitrión "de conformidad con una inveterada tradición".

Artículo en la revista Homo Viator (p. 212)

En lo más profundo de la historia de la Antigua Grecia se atisban comportamientos poco cívicos pero gradualmente se transita de los asaltos a los viajeros y visitantes a prestarles protección político-religiosa, creando paulatinamente "una ética personal y una conciencia popular o ética social". Son los dioses del panteón heleno (Zeus, Atenea Xenia, Hermes, las Erinias o Euménides...) auténticos "patrones de la hospitalidad", los que mediante sus atributos relatados por los literatos como Homero, Esquilo, Platón, etc. realizan una gran "aportación a la teología del turismo". Y el indisoluble binomio religión-política de la Época Arcaica (s. VIII a.c.) traslada a la práctica sus preceptos: "la hospitalidad ha de prestarse litúrgicamente conforme a unas normas éticas precisas", hasta en la guerra (los griegos "ponían orden en el proceso de la contienda: las polémicas debían ser de día, realizarse en una llanura a campo abierto, combatiendo cuerpo a cuerpo, ¡conociendo la genealogía del rival!, etc.").

La hospitalidad asiste incluso a los enemigos porque "tanto en las leyes de hospitalidad griegas como en las leyes de hospitalidad de los pueblos semitas el enemigo es un individuo o grupo con el que se mantiene un conflicto, litigio o discrepancia, que, al menos de momento, no ha estallado violentamente, ni degenerado en ofensa ni daño o perjuicio material". El enemigo es un peligro potencial, un riesgo, y cuando se incumple el deber de dar hospitalidad "se comete naturalmente xeno-phobia o inhospitalidad y procede condenar y aplicar sanciones".

Concluimos este vistazo animando al lector a vivir su particular 'odisea' descubriendo mucho más en el propio artículo y concluimos con una frase lapidaria del cardenal francés Jean Daniélou que recuerda Félix Tomillo: la comunidad humana se construye «cada día que el extranjero deja de ser enemigo y se convierte en huésped».

Leer el artículo completo (página 212)

jueves, 2 de julio de 2015

La Controversia de Valladolid: controversia de la Humanidad (I)


El ser humano ha perpetrado a lo largo de toda su existencia un sinfín de hechos violentos, atroces e injustos contra su propia especie haciendo gala de la sinrazón del ser racional y consciente, supuestamente capaz de valorar el alcance de sus propios actos. Sin embargo, una buena parte de estos hechos se enmarcan en contextos históricos (referidos desde el pasado más lejano hasta hoy mismo) en los que pueden llegar a comprenderse ciertos comportamientos y actitudes. Podemos -aclaro- en algún caso llegar a comprender, aunque muy probablemente no compartamos el razonamiento o la justificación.

La dialéctica, la filosofía, la ética y la religión son ingredientes suficientes para plantear un debate o juicio sobre cualquier acto humano. Si los argumentos son utilizados con inteligencia, e incluso con astucia, el resultado o veredicto puede que no sea el que la mayoría de los seres racionales espera.

Todos, o casi todos, nos horrorizamos con la barbarie que despliega el autodenominado Estado Islámico en nuestros días. En nombre de la religión los fanáticos arrasan todo lo que encuentran a su paso cometiendo atentados contra la libertad, la cultura, la dignidad y la vida humana. Pero estos hechos no suponen una novedad histórica. No es la primera vez que sucede.

La Conquista de América desarrollada tras el Descubrimiento en nombre del Reino de Castilla (cuya unión con el Reino de Aragón constituye el germen más consistente de la actual España) es comparable a la bestialidad de los yihadistas. El filósofo castellano de la época Juan Ginés de Sepúlveda afirmaba que “los idólatras mueren como chinches porque Dios deseaba eliminarlos”. Quizá en este instante el lector pueda hacer un pantallazo para captar el estupor que se refleja ante sí.

Sepúlveda es uno de los protagonistas de la denominada Controversia de Valladolid, un hito histórico (quizá no lo suficientemente conocido y valorado) que devino en un debate inédito, enconado y profundo entre dos posturas antagónicas. Y en medio la religión.

Hace ahora 465 años (esto es, en 1550) tuvo lugar esta inusitada porfía en Valladolid (España) cuyo propósito era determinar una base teológica moral que rigiera la colonización, el grado de libertad o imposición de la fe, el estatuto jurídico de encomenderos e indios, etc. Años atrás habían sido dictadas diversas y contradictorias “Leyes de Indias”. Por su parte, el papa Paulo III decretó en 1537 la bula “Sublimis Deus” con la que se reconoce a los indios como hombres verdaderos dotados de alma.

Al otro lado del cuadrilátero se encontraba fray Bartolomé de Las Casas, ferviente defensor de los indios que, con un lenguaje claro y directo en lugar de “conquistas” se refería a “invasiones” y en lugar de "repartimientos" o "encomiendas" en nombre de la evangelización hablaba de "expediciones militares para establecer la esclavitud mediante la cual los indios oprimidos por los españoles ya mueren, ya llevan una vida peor que la muerte". La contienda entre Sepúlveda y Las Casas se prolongó hasta 1551 y no hubo vencedor ni vencido (otro pantallazo).

Colegio de San Gregorio de Valladolid (1493, gótico hispano-flamenco), en el que se celebró la Controversia de Valladolid, actual sede del Museo Nacional de Escultura. Litografía romántica del siglo XIX. Imagen: www.hispanoamericaunida.com

Rememorando aquel acontecimiento tuvo lugar “La Segunda Controversia de Valladolid” en el Congreso Internacional de Derechos Humanos que se celebró en esta ciudad en 2006. En esta segunda ocasión, sí se acordaron unas conclusiones que apostaron incondicionalmente por un sistema plenamente eficaz de garantía de los derechos humanos que tenga en cuenta los cambios geopolíticos, las nuevas tecnologías y los diferentes planteamientos entre las diversas culturas. El filósofo iraní Ramin Jahanbegloo se refirió a la primera Controversia como un decisivo ejemplo a tener en cuenta a la hora de abordar en Europa las relaciones entre cristianismo e islamismo.

Como epílogo a esta entrada y en homenaje a Félix Tomillo Noguero en este día en el que se cumple el primer aniversario de su muerte, acudimos a dos citas suyas que hacen referencia a la Controversia de Valladolid:

El primero alude a Francisco de Vitoria como primer jurista que elaboró el concepto del “ius peregrinandi”, del derecho a viajar, uno de los derechos humanos cuya importancia no es sólo individual, sino también colectiva. Sin ese derecho el turismo o no existiría, o sería una caricatura. Francisco de Vitoria lo formuló teniendo muy presente la problemática de las Indias. Francisco de Vitoria moriría en 1546 y por eso no pudo participar en la Controversia de Valladolid.

El segundo es un fragmento de su artículo “La Hospitalidad en la Antigua Grecia: de la Odisea a las Leyes (I)” publicado en la revista Homo Viator y que presentaremos más adelante en el blog:

“…en la vida real, el dilema es hospitalidad u hostilidad, la antítesis de la hospitalidad es la hostilidad. La hostilidad es un paso definitivo en la escalada de la enemistad, en cuya cima no florece más que odio agresivo o espíritu belicoso y acciones violentas. Si la hostilidad sustituye a la hospitalidad, se cae en la inconsistencia ética, se constituye la existencia de la víctima como indelegable, se profana su dignidad y se le generan situaciones de desamparo, orfandad, etc., perjuicios a la salud, dolor moral, pérdida de su esperanza en los hombres...

Y la huella que deja la hostilidad que embarga a la que debería ser societas accipiens, que casi sistemáticamente no se arrepiente, se estampa no sólo en la memoria histórica de la sociedad del damnificado, sino igualmente en la sensibilidad del resto de los pueblos, que la valoran –en la mejor de las hipótesis– como desencuentro, incomunicación, insolidaridad..., cuando no como el desmoronamiento o ruina del proyecto de construcción de una sola comunidad humana.”

Fuentes:

“La Controversia de Valladolid”. Miguel Casado. Rebelión.

“Actualidad de una controversia: Valladolid: 1550-1551”. Francisco Fernández Buey. Cátedra UNESCO de Estudios Interculturales. Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España).

“La Controversia de Valladolid: España y el análisis de la legitimidad de la conquista de América”. Ana Manero Salvador. Revista Electrónica Iberoamericana, vol. 3, nº 2, 2009. Centro de Estudios Iberoamericanos. Universidad Rey Juan Carlos (Madrid, España).

Blog “Domvs Pvcelae

Blog “Vallisoletvm

“La Controverse de Valladolid”, 1992, un film de Jean-Daniel Verhaeghe, guión de Jean-Claude Carrière.

Más bibliografía sobre la Controversia de Valladolid:


- ABRIL CASTELLÓ, Vidal (Dir.): Bartolomé de las Casas: APOLOGÍA o declaración y defensa universal de los derechos del hombre y de los pueblos. Ed. Junta de Castilla y León. Consejería de Educación y Cultura. 2000.
- BATAILLON, Marcel: El padre las Casas y la defensa de los indios, Ed. Globus, 1994.
- DUMONT, Jean: El amanecer de los derechos del hombre. La controversia de Valladolid. Ediciones Encuentro, 2009.
- GARCÍA GARCÍA, Bernardo J. (Dir.): El Imperio de Carlos V. Procesos de agregación y conflictos. Ed. Fundación Carlos de Amberes. Madrid, 2000.
- LOBATO, Mª. Luisa; GARCÍA GARCÍA, Bernardo J. (Coords.): La fiesta cortesana en la época de los Austrias. Ed. Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura y Turismo. Valladolid, 2003.
- MARTÍNZ DE SALINAS ALONSO, Mª. Luisa; SAGARRA GAMAZO, Adelaida; LEÓN GUERRERO, Mª Montserrat: Las Leyes de Burgos y Valladolid. Historia y contexto. Ed. Seminario Iberoamericano de Descubrimientos y Cartografía. Valladolid, 2012.
- ROJO VEGA, Anastasio: Fiestas y comedias en Valladolid. Siglos XVI-XVII. Ed. Ayuntamiento de Valladolid. 1999.
- TRAVIESO, José Miguel: Retablo imaginario. Historias de Valladolid. Ed. Asociación Cultural DOMUS PUCELAE. Valladolid, 2013. Pp. 64-71.