domingo, 31 de mayo de 2015

El EEES y la formación de profesores de formación profesional


El 19 de junio de 1999 29 países europeos firmaron la Declaración de Bolonia en la que se sentaron las bases para la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Europa se propone la creación de un sistema de estudios universitarios fácilmente reconocibles y comparables, fomentar la movilidad de los estudiantes, docentes e investigadores, garantizar una enseñanza de calidad y adoptar una dimensión europea en la enseñanza superior.

Esta ambiciosa tarea, que se ha ido desarrollando paulatinamente a lo largo de estos 15 años, ha provocado cambios de gran calado en las pétreas estructuras de la universidad española: nuevos planes de estudio, nuevas metodologías de enseñanza, nuevos criterios de evaluación, nuevos procesos de acreditación docente, de la calidad de los estudios, etc. Y sus efectos afectan también a la enseñanza preuniversitaria, ya que los profesores que imparten docencia en la enseñanza secundaria, en el bachillerato, en la formación profesional y en las enseñanzas de idiomas han de formarse con un nuevo máster universitario.

"El nuevo profesor de secundaria. La formación inicial docente en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior" es un libro coordinado por Isidoro Glez. Gallego cuyo capítulo 16 (El EEES y la formación de profesores de formación profesional) fue escrito por Félix Tomillo Noguero con la colaboración de Marcelino Castillo Néchar y Francisco José García Gómez. Con el permiso de la editorial Graó y de sus autores podemos contar en nuestra Biblioteca del blog con este interesante documento.




El capítulo aborda el reto y los riesgos que implica la piedra angular del nuevo modelo de enseñanza-aprendizaje: las competencias profesionales. Éstas representan el fin último de la formación y por tanto el camino para llegar a ellas con la aportación de unas bases de conocimiento pierde relativa importancia. "El EEES se ajusta o supedita a abastecer de información operativa o procesal al discente (el saber cómo) y, por el contrario, no alienta suficientemente, a nuestro juicio, capacidades creativas, pues no estimula «necesariamente» –como parece deseable– la crítica, la reflexión, la axiología, la síntesis, el hábito de estudio-estudio (el saber por qué), lo cual influye en sus competencias."

Y concluye con los principios nucleares que han de respetarse en la formación de los profesores de FP: a) concienciación del objetivo empresarial; b) transdisciplinariedad en las materias técnicas; c) multi e interdisciplinariedad en las materias no técnicas; d) taller en las prácticas en el aula; e) cotutorización del prácticum, realizable en el extranjero si el alumno lo prefiere;. f) bilingüismo; g) consideración de las familias profesionales como especialidades.

Leer el capítulo completo.