domingo, 31 de enero de 2016

La importancia económica y social del turismo en Valladolid


El día en que se cumplía el 130 aniversario del nacimiento del marqués de la Vega-Inclán, es decir, el 29 de junio de 1988, pronunciaba Félix Tomillo Noguero esta conferencia-coloquio en la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Valladolid. De hecho, en su honor presidía el acto un retrato del marqués procedente de la Casa de Cervantes de Valladolid. Aunque se trate de un análisis efectuado hace casi 28 años el lector podrá comprobar que mantiene una notable vigencia en muchos aspectos y reivindica con visión de futuro diversas actuaciones que fueron llevadas a cabo en años posteriores.

Fue ésta una conferencia contundente y valiente, con una dura crítica hacia quienes tenían en sus manos los designios del turismo vallisoletano (políticos y empresarios, principalmente). Habló sin tapujos y cara a cara con ellos del subdesarrollo turístico de Valladolid: "Me gustaría que esta charla calentara el patio y sacudiera las conciencias, con predilección las de aquellos empresarios cuya visión de los negocios es obsoleta y las de aquellos políticos cuyo comportamiento evidencia desconocimiento de la realidad y potencialidad turísticas".

Hay numerosas pruebas de este subdesarrollo turístico de la provincia que va desgranando el autor a lo largo de la conferencia. Me quedo con una de las que menciona al principio porque hoy en día la situación es prácticamente la misma y me duele en el alma: "el desprecio del que son objeto los titulados en turismo". Su presencia en las empresas es testimonial. "¿Concebimos un ejército moderno integrado mayoritariamente por mandos "de cucharón", que no de academia?". En la Administración Turística Regional no hay ningún titulado, en el Consejo Regional de Turismo tampoco tienen representación, etc.

Escuela Superior de Turismo de Valladolid
En la Escuela de Valladolid se formaron unos 5.000 profesionales entre 1967 y 2004

El análisis de los recursos lo realiza utilizando la clasificación original del francés Pierre Defert que presenta cuatro categorías basadas en la cosmología aristotélica (clasificación que, por otra parte, fue la utilizada en el Libro Blanco del Turismo Español de 1990; y si se me permite la licencia, no serían capaces de imaginar los mandos "de cucharón"):

1. Hidromo: elementos (naturales y modificados) relacionados con el agua: aguas marítimas, terrestres, playas y costas, puertos deportivos, nieve, balnearios y termas...
2. Phitomo: elementos terrestres (modificados o no) con cierto atractivo: relieve, clima, flora, fauna, paisaje, accidentes naturales...
3. Litomo: elementos construidos por el ser humano, con interés por su naturaleza o uso: restos arqueológicos, museos, construcciones civiles...
4. Anthropomo: hace referencia a las estructuras socio-económicas, idiosincrasia, características raciales, artesanía, folclore, gastronomía...

Félix Tomillo Noguero castellaniza la terminología y denomina las categorías así: Hidrón, Fitón, Litón y Antropón.

Entre los recursos de Hidrón, menciona Las Salinas de Medina del Campo y lamenta que Valladolid "no saque jugo turístico a sus ribetes hidroterápicos". Resulta que el balneario de Las Salinas se inauguró en 1891 con un pequeño hotelito que, en 1912, pasó a ser un gran hotel con el actual edificio. Sin embargo, las vicisitudes de la historia condenaron su actividad turística hasta que en 1997 volvió a funcionar. ¿Asistieron estos emprendedores a la conferencia?
En cuanto a los recursos de Fitón, el conferenciante no se muerde la lengua y cuenta, con la vergüenza que se desprende del texto, los innumerables recursos desaprovechados. Hace, además, una "digresión brevísima" sobre uno de los aspectos que en aquellos años era, para cualquiera que tuviera un mínimo de empatía con los visitantes, una clamorosa ausencia: la señalización turística de Valladolid. Incluso, afirmaba que "en 1988 hay menos señales turísticas que las que había hace una década". En este punto he de dar fe de que actualmente la señalización e información turística ha mejorado extraordinariamente a nivel local, provincial y regional. ¿Algún político se sensibilizó en esta conferencia?

Panel informativo del Palacio de Pimentel (Valladolid)

Por lo que respecta al Litón (o dicho vulgarmente: "las piedras") "debemos ser capaces de rehabilitar o recuperar la mayoría de los edificios singulares que han aguantado los envites del tiempo y que en su día fueron hospederías monásticas, hospitales, refugios, ventas, casas de postas, mesones, posadas, hosterías, fondas de estación...", porque en cuanto a la antigua arquitectura hotelera "somos una provincia superdotada". Y añade, entre otras cosas, que el valor por excelencia de su Litón viene dado por sus castillos y, por encima de todo, por sus museos. Puede que alguien escuchara la conferencia e impulsara en 1999 el Museo Provincial del Víno ubicado en el castillo de Peñafiel...

Castillo de Peñafiel (Valladolid) visto desde la plaza del Coso

Y por último analiza el Antropón. Afirma Félix Tomillo Noguero que es "en la práctica cotidiana, el grupo de recursos más importante para Valladolid". Habla, por ejemplo, del turismo idiomático, en el que "permanecemos en la prehistoria de la promoción y de la comercialización" (a día de hoy hemos avanzado algo, pero muy tímidamente). Da la voz de alarma ante algunas engañifas que amenazan a la gastronomía vallisoletana donde hay una "absoluta inexistencia de inspección administrativa y de normas protectoras de nuestros platos". Posteriormente se han creado y consolidado las marcas de garantía de alimentos, las indicaciones geográficas protegidas, las denominaciones de origen, etc. Solo la Denominación de Origen de Ribera del Duero (desde 1982), la de Jamón de Guijuelo (1986) y la Indicación Geográfica Protegida de la Carne de Ávila (1988) fueron creadas anteriormente. En la actualidad hay más de 50 marcas de alimentos y bebidas que regulan y garantizan su procedencia y calidad en Castilla y León.

Marca de Garantía Tierra de Sabor, creada en 2009

También alude a la etiqueta que nos ponen muchos forasteros: la antipatía y sequedad en el trato; lo que califica como "dramático comportamiento" (de los vallisoletanos, claro). Por contra, alega que "lo que satisface no es la escueta relación educada, sino la relación cálida y afectiva". Añade que "en las entrañas de la actividad turística, la víscera central no es el factor capital y sí el factor humano".

 Valladolid. Mucho que ver contigo
Logo de promoción turística de la Diputación de Valladolid

En aquella época, más del 75% de los viajeros visitaron Valladolid por razones ajenas al ocio. Y en opinión del conferenciante los datos confirman la penosa realidad: "la inveterada falta de promoción de los recursos en los establecimientos y la no menos consuetudinaria falta de promoción de los establecimientos en los recursos". Un error "de libro" (de técnicas de promoción turística) que se sigue cometiendo actualmente. Además, en contra de los iconoclastas (generalmente políticos) que abogaban por borrar la imagen industrial de Valladolid y superar la imagen clásica de tierra llana y trigales, Félix Tomillo Noguero espetó que "por honestidad y por sentido práctico, debemos vender lo que tenemos, todo lo que tenemos".

Urueña (Valladolid). Villa del Libro.

La ponencia continúa con un análisis de la renta, la oferta y la demanda turísticas, exponiendo datos a nivel provincial "que quitan legañas y abren los ojos" (puede deducirse que por su carácter negativo) ante la "derelicción de las administraciones públicas vallisoletanas". "Como no puedo contenerme, reitero que la contribución institucional al turismo no es materia graciable, sino un cometido inexorable que la ciudadanía con todas las de la ley exigimos cumplir a nuestros representantes".

Y finaliza con un breve estudio de los datos que arrojan el empleo y la balanza turísticas. Los del empleo no son tan críticos como cabría esperar por el contexto negativo del análisis general, aunque siempre teniendo en cuenta que son proporcionales al bajo desarrollo turístico y que esconden matices realmente alarmantes. Por su parte, la balanza turística "se descara con los vallisoletanos porque denuncia la contradicción en la que vivimos. Cuando no se vive como se piensa, se termina pensando cómo se vive. Pues bien, como no hemos alimentado con buenas obras la conciencia turística receptora, como no hemos sido coherentes, ahora nos parece lo más natural del mundo el lujo afro-asiático del déficit".

La conferencia concluye con un epílogo en el que Félix Tomillo Noguero da un "golpe de timón" evocando otras facetas del turismo a las que han hecho alusión vallisoletanos "con visión universal y trascendente de las cosas", como el doctor Villalón o Laguna en el siglo XVI (el viajero es "un mercader de la luz"), el propio Marqués de la Vega-Inclán ("el hospedador es un comprador de ilustración") y el filósofo Julián Marías ("el turismo nos está dejando sin extranjeros"). En el fondo de estas concepciones laten planteamientos bíblicos que concluyen que "cada encuentro turístico revela reconciliación. Nos revela que Dios no ha perdido aún la esperanza en los hombres. Como este mensaje se renueva a diario, yo mantengo intacta mi esperanza en Valladolid y en sus hombres".

En tu corazón Valladolid
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