viernes, 12 de mayo de 2017

El condenado viaje de los estudios de Turismo en España (y II)


Pues bien, entonces "¿cómo deberían haberse incorporado los estudios de Turismo a la Universidad? Como necesitaban y necesitan España y su turismo. Como se ha hecho en Europa, donde los estudios superiores de Turismo están unos dentro de las universidades y otros fuera de ellas. En Europa, se diferencia clarísimamente entre la universidad, instituto… politécnico, tecnológico, de ciencias aplicadas… y la universidad a la que los españoles de las generaciones vivas no ponemos adjetivo, o sea, la universidad normal o la universidad a secas, sin más. En España, conceptos como el de hotel universitario suenan muy raros, o manifiestamente desatinados o heréticos, y jamás se colocan en paralelo a los de hospital universitario, por ejemplo."

"El poder de convocatoria de estos estudios nunca ha estado a la altura de la abultada cuota que la actividad turística atesora en el PIB", apuntando como factores posibles que los más famosos e influyentes empresarios de éxito en el sector lo han sido sin formación académica especializada, el bajo nivel retributivo en el ámbito profesional, así como la falta de la tan ansiada estabilidad del empleo, perturbada por la movilidad geográfica y los horarios de trabajo. "A las carreras superiores de Turismo en España siempre les ha faltado gancho y gracia para cautivar a los que terminan los estudios preuniversitarios y pueden ingresar en la Universidad." (Marcelino Castillo Néchar, Félix Tomillo Noguero y Francisco José García Gómez. 2010. Principales tendencias de la investigación turística en España y Europa.Servicio de Publicaciones de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, UEMC.Valladolid).


El Turismo en España no deja de crecer (infografía: Marca España)


Tras la incorporación de los estudios de Turismo en la Universidad en el curso 1997-1998 se añade un elemento más que ha ido minando la credibilidad de esta carrera universitaria: "la figura desangelada de un determinado profesor, el más abundante, que no es el espejo donde se refleje un futuro profesional del Turismo. Este segmento del profesorado no simboliza al experto en Turismo; podrá encarnar al científico de la economía, la geografía, etc.; pero, su retrato no constituye ninguna motivación para embarcarse en la educación en Turismo, sino para sumergirse en economía, geografía, etc., las disciplinas hegemónicas que piratean los planes de estudios, incluidos los de Máster y Doctorado."

Según se expresa en el libro citado, los autores no pronostican ningún cambio sustancial en el derrotero de los estudios de Turismo tras el establecimiento del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y los nuevos estudios de grado. Lo más destacado pudiera ser el presumible incremento de estudiantes de máster (fundamentalmente) y doctorado. En España el primer programa de Doctorado en Turismo florece en 2000, en la Universidad Antonio de Nebrija, de Madrid. Otras universidades tienen programas sobre aspectos específicos o parciales del Turismo, o sobre otras materias con mención en Turismo. El Doctorado en Turismo de la Nebrija se constituye para "para fomentar la investigación poliédrica del Turismo" y "persigue hurgar en la inmensidad del Turismo sin ninguna frontera disciplinaria".

En las conversaciones que precedieron la incorporación a la Universidad Europea Miguel de Cervantes de los estudios oficiales de Turismo que la Escuela Superior de Turismo de Valladolid venía impartiendo, Félix Tomillo Noguero decía textualmente que dicha incorporación debería servir para, entre otras cosas, elevar la calidad de la enseñanza "con un nuevo plan o currículo que dé respuesta a las necesidades del sector, no a las de la organización universitaria". Pero los planes de estudio que se crearon posteriormente en la UEMC (Diplomado en Turismo y Grado en Turismo), como ha sucedido en general en España, no consiguieron este objetivo a pesar de que Félix Tomillo Noguero se dejó el alma en el empeño: "Corro el riesgo de llevarme algún disgusto; eso sí, si se produce, me lo llevaré con absoluta discreción, reservándolo para mí solo. No intentaré imponer mis ideas. Ni entraré en polémicas agrias con nadie, pase lo que pase. Esto no se contradice con mi disposición a quemar el último cartucho, si la Universidad considera que procede; entonces, debatiría tranquilamente y de conformidad con los usos y normas científicas, sobre referentes, datos y argumentos ad hóminem" (documento fechado en julio de 2008).

"Dentro de cinco años, si sobrevive esta titulación tal cual se encuentra diseñada hoy y alguien quiere ver la relación entre mi diagnóstico-pronóstico, por un lado, y la realidad por otro, podrá llamarme errado, acertado o el calificativo más idóneo. Pero, en todo caso, la coherencia del planteamiento espero que nunca sea objetable."

Félix Tomillo Noguero en la feria FITUR de 2010 (foto: Alexandre Panosso)

Este 'condenado viaje' lo he vivido en primera persona y con el permiso de mi padre y de otros expertos en esta materia no puedo resistirme a aportar mi parecer: En mi opinión el problema es muy complejo, de gran calado y extiende sus raíces en casi todos los ámbitos (social, cultural, económico, político...) originando el comportamiento de los entes y entidades que actúan en ellos. Para la Administración Pública no existen -en términos generales- los expertos en Turismo; por supuesto tampoco las 'casas' de esos expertos y por tanto ha ignorado a las Escuelas de Turismo y a la Universidad para la elaboración de planes estratégicos, para la regulación de la actividad turística, para aportar conocimiento, investigación, desarrollo e innovación en los consejos o mesas de turismo, y solo se ha preocupado vagamente de la formación continua de los trabajadores del sector hostelero (restringiéndola a menudo a la restauración); por otra parte, el problema se agrava cuando los diferentes niveles de la Administración Pública actúan aisladamente sin ni siquiera establecer unos mínimos puntos de coordinación o sinergias entre los planes turísticos de un Ayuntamiento, de una Diputación, de una comarca, de una Comunidad Autónoma, o del país. ¿Qué hay más global que el fenómeno turístico?

También creo que la sociedad en general y los estudiantes y sus familias que acceden a la Universidad en particular no consideran los estudios de Turismo como una carrera o profesión universitaria de nivel o prestigio suficiente, probablemente porque -afectados por la miopía del desconocimiento- perciben las profesiones turísticas como de responsabilidad muy limitada: un recepcionista de hotel, un agente de viajes o un camarero son típicos empleos asociados al Turismo; y claro -pensarán- que para este viaje no se necesitan estas alforjas. ¿Acaso detrás del principal motor de la economía española no hay profesionales que crean, planifican, comercializan y dinamizan las innumerables empresas y actividades turísticas?

Pero lo más sorprendente para mí es que la industria turística no haya manifestado con claridad la necesidad de formar profesionales especializados. Uno de los factores que contribuyen a esta falta de contundencia es la atomicidad de la industria, no solo en cuanto a sectores o ámbitos que la componen (hotelería, restauración, intermediación turística, recreación y ocio, transporte, gastronomía, entidades culturales, etc.), sino también por el número de empresas que operan en ella, la inmensa mayoría pymes. Precisamente por esto es por lo que se hace necesario que la Administración Pública adquiera un papel protagonista, se convierta en el elemento aglutinador de la industria y del sector formativo (no solo con la Universidad, sino también con la Formación Profesional), escuche sus necesidades y propuestas, elabore con ellas los planes estratégicos, lidere las políticas, fomente la calidad de la oferta, las garantías para los consumidores, la especialización profesional, etc.

Por último, las universidades han de mirarse al espejo y pensar que si la Administración Pública y la industria turística no han tenido la necesidad de recurrir al conocimiento universitario y a los profesionales que ha formado, algo habrán hecho mal. Y aquí apunto dos causas: la Universidad ha desconsiderado desde el principio el recorrido formativo histórico y las particularidades de la enseñanza del Turismo; Me parece fundamental insistir en uno de los males que apuntaba Félix Tomillo Noguero en este sentido: el profesorado no estaba especializado y además -añado- apenas ha tenido intención de hacerlo. Y por otro lado (consecuencia también de lo anterior) la investigación ha sido escasa y de poca trascendencia, por lo que la sociedad en general y la Administración Pública y la industria turística en particular no han apreciado que en la Universidad hubiera verdaderos expertos en actividades turísticas.


Félix Tomillo Noguero ejerciendo de guía turístico ante la fachada del Colegio de San Gregorio (Valladolid)

¿Hay esperanza de poder revertir esta situación? Cuando pensé un título para estas entradas, elegí el adjetivo de "condenado" para este viaje, ya que para condenar es necesario que alguien dicte una sentencia en este sentido. Hay entes y entidades que con sus acciones han forzado a los estudios de Turismo a la situación actual, aunque no necesariamente todos lo hayan hecho conscientemente y con intención de extinguirlos o denostarlos. El lado positivo es que si esos entes y entidades son capaces de reaccionar y cambiar el rumbo con sus acciones, la sentencia se podría revocar y nada impediría disfrutar del viaje libremente.

Nota final:
Hace algunos meses comencé a recopilar datos estadísticos sobre el número de matriculados y titulados en los estudios superiores de Turismo en España remontándome hasta casi 45 años atrás. Mi intención era aportar algún dato objetivo a toda esta problemática, pero me he quedado con las ganas. A la ya de por sí dificultad e inconveniente de recabar datos de unos estudios que han cambiado de denominación y estatus en estas últimas décadas, se ha sumado la falta de cooperación de la S. G. de Coordinación y Seguimiento Universitario del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que es el negociado que maneja la estadística universitaria. Mi solicitud inicial fue atendida amablemente, pero no me aportaron solución al problema y al final el 'silencio administrativo' -imperturbable a la insistencia epistolar, impermeable a las quejas formales realizadas y sin cobertura telefónica- acabó con mi paciencia. Así, la serie ha quedado incompleta (hay algo más de una década de datos que no se encuentran ni en el INE, ni en el Ministerio). Pero no pierdo la esperanza de que alguien tenga mejor suerte, así que aquí dejo disponible este estudio: Estudio de la evolución de los Estudios Superiores de Turismo en España (1973-2016). Estudiantes matriculados y egresados. Importancia relativa.

Portada de uno de los informes estadísticos utilizados para el estudio.