lunes, 25 de julio de 2016

El Turismo y el Quijote (II)


En esta segunda entrada continuamos desgranando el vasto documento de Félix Tomillo Noguero sobre El Quijote. Y comenzamos por el análisis de los posibles lugares en los que se desarrolla la obra de Miguel de Cervantes; tarea complicada (ya comentada en la primera entrada) y repleta de conjeturas por cuanto que el autor sembró su relato de juegos, ficciones y descuidos. Sin embargo, desde el punto de vista turístico su trascendencia es enorme y por tanto merece la pena intentar concretar estos lugares y las rutas seguidas por los protagonistas.

Para un investigador como Félix Tomillo Noguero es casi una obligación realizar este análisis, aunque como tantos otros se enfrenta al desafío del autor, que sobre el 'lugar de la Mancha' reconoce literalmente que "no quiso poner [el nombre] por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero" (II, 74). Más que un desafío es una provocación, a lo que hay que sumar la omisión de detalles de vital importancia para ubicar lugares y rutas, como los geográficos, paisajísticos, cronológicos y antropónimos. Por tanto, esta empresa no puede por más que ser una conjetura y "no es posible construir una geografía y cronología libre de objeciones", en palabras de Félix Tomillo Noguero.

Las tres salidas que se relatan en El Quijote salen desde y llegan a ese 'lugar de la Mancha'. Es decir, que de entrada no es posible determinar con certeza las rutas completas de tales viajes. Y es por ello que muchas localidades interpretan interesadamente las ubicaciones y recorridos quijotescos para convertirse en un destino turístico de relevancia. "La disputa entre municipios de toda España [...] es un hecho histórico. Esa contienda no ha terminado y seguirá, quizás, siempre". Y añade que "a priori, en teoría, podría convenir a los agentes del Turismo de Castilla-La Mancha que continuara la contienda entre un número amplio de municipios. Pero no a posteriori, no en la práctica. Porque el consumidor, el turista y el excursionista, detesta la incertidumbre ante la que normalmente se retrae y elige un viaje distinto".


Don Quijote y Sancho Panza en Barcelona (G. Doré)

Aunque el punto de partida sea una incógnita, Miguel de Cervantes sí quiso acordarse de al menos trece nombres de parajes en los que Don Quijote vivió sus aventuras y desventuras. Las áreas plurimunicipales, comarcales o regionales son: La Mancha, el Campo de Montiel, Sierra Morena, Andalucía, Alta Mancha, Mancha de Aragón, Río Ebro y Reino de Aragón. Y las municipales o unidades territoriales turísticas: El Toboso, Cueva de Montesinos, Lagunas de Ruidera, Barcelona y Puerto Lápice.


Ubicaciones ciertas e hipotéticas de pasajes de El Quijote.

Sin embargo, llegado el IV centenario de la publicación de la primera parte de El Quijote en 2005, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha elaboró, con la cooperación del Gobierno de España, la ruta oficial del IV Centenario incluyendo solo escenarios de esa Comunidad Autónoma. "Han construido un Don Quijote autonómico que no camina ni por Andalucía, Aragón y Cataluña (parajes incuestionables), ni por Castilla y León y Madrid (parajes cuestionables). Es como si la Xunta de Galicia diseñara el Camino de Santiago empezando y terminando dentro de su territorio. Cosas de Juan Palomo." En total unos 2.500 km de rutas por 146 municipios (actualmente 148). Concluye su crítica Félix Tomillo Noguero sentenciando que "la Ruta es un paradigma de cómo la voluntad política es capaz de hacer tabla rasa de la historia y re-escribirla. Porque se ha ignorado o desvirtuado el texto y el contexto de El Quijote, la historia y la geografía de los viajes inspirados en El Quijote, la cultura quijotesca, la técnica turística de elaboración de itinerarios..."


Logo oficial de la Ruta IV Centenario de El Quijote (2005)

"La Ruta podría ser calificada como histórica y geográficamente sin veracidad; y quijotesca y culturalmente artificiosa, como si fuera obra de Avellaneda; turísticamente, carente de criterio, orden y medida; y sobrada de disparates en el trazado; constituye, a la vez, una auténtica maraña y un puro desperdigamiento; medioambientalmente, acreedora a los reproches de los ecologistas; etc." Aspiraba a ser catalogada como Patrimonio de la Humanidad e Itinerario Cultural Europeo, como sí lo es -y ambas cosas- el Camino de Santiago, aunque no en todos sus caminos. Tanta aspiración solo ha debido provocar una pulmonía.

El tiempo acaba juzgando inexorablemente y aunque es innegable que se obtuvo rendimiento turístico económico, social y cultural (Félix Tomillo Noguero también lo reconoce y aporta datos en el propio documento), lo cierto es que a día de hoy la Ruta está más bien descuidada, casi muerta como producto turístico en su conjunto, por lo menos en lo que a información y promoción se refiere tanto en el sitio de promoción turística regional, como en la web del propio gobierno castellano-manchego. Ahora sí hay otro tipo de iniciativas, algunas relanzadas por sucesivas conmemoraciones centenarias como la del IV centenario de la muerte del escritor en 2016 y otras más reducidas en cuanto al ámbito geográfico como "El país del Quijote". En el ámbito nacional también podemos encontrar una Ruta de Don Quijote que ésta vez sí incluye a la Comunidad de Madrid, pero sigue excluyendo Andalucía, Aragón y Cataluña. ¿Nadie es capaz de ver la potencialidad turística que podría tener la elaboración de una ruta oficial completa y rigurosa a nivel nacional?

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